y las cosas que tienen que pasar para que esas cosas pasen.
¿Qué ocurre antes y después del momento que capta una fotografía? En el iPhone, por ejemplo, puedes hacer fotos y que se conviertan en vídeo, captan los segundos previos y los posteriores a la foto, ¿eso rompe la magia? ¿Desearías saber el contexto exacto de algunas de las fotos más icónicas?
Por ejemplo, la historia de la famosa foto de Le baiser de l'hôtel de ville, que me obsesionaba de adolescente, preferiría no haberla descubierto. Me rompió la ilusión el día que leí que se trataba de dos actores posando para la cámara. Yo, romántica, empedernida, pensaba que era un beso espontáneo captado con maestría.
No sé si escucho pódcasts para caminar o camino para escuchar pódcasts. Los paseos —y más si son por una ruta que conoces, que puedes hacer distraída, en piloto automático— son un momento estupendo para pensar, tener ideas, solucionar dudas… Pero también son una buena excusa para escuchar un pódcast, para centrarte solo en eso, como cuando vas en un coche. Últimamente, me he aficionado a mis paseos acompañados de conversaciones ajenas y el otro día escuchaba este episodio de Tema Libre con Juan Tallón y Leila Guerriero. En un momento hablaban de esta frase que aparece en La llamada, el libro de Leila Guerriero:
"Entonces, a lo largo de cierto tiempo, nos dedicamos a reconstruir las cosas que pasaron, y las cosas que tuvieron que pasar para que esas cosas pasaran, y las cosas que dejaron de pasar porque pasaron esas cosas”.
Entonces, Juan Tallón comenta que efectivamente para conocer realmente las cosas hay que mirar otras cosas —lo que los traductores conocemos como la importancia del contexto—. En su novela Obra maestra, habla de la desaparición de una escultura en el museo Reina Sofía y su premisa es que una de las situaciones que tuvieron que darse para que desapareciese es precisamente que la escultura fuese concebida. Es ir más allá del origen incluso. No podemos entender nada sin saber de dónde viene. Y me quedé pensando en esto durante mi paseo. Quise remontarlo todo hasta el infinito.
Por ejemplo, estoy aquí escribiendo esta carta porque un día me dio un arrebato, tenía ganas de escribir y necesitaba una excusa para hacerlo. Vivo en Barcelona porque quise mudarme para estudiar y para vivir aquí. Pero esto pasó porque decidí estudiar traducción. Y al estudiar traducción, no estudié filología. Y me decanté por eso por el consejo de una profesora. Y me gustó el inglés porque empecé a estudiar en una academia. Fui a la academia porque en el colegio no aprendía suficiente. Y podría seguir así hasta el nacimiento de mis padres. O de mis abuelos.
Es algo que precisamente hacen en varios episodios de la serie The Bear —por ejemplo el 3x06, que dirige Ayo Edebiri y que vi anoche mientras pensaba en esta carta—, muestran lo que ha tenido que pasar para que los personajes llegasen hasta ese presente, hasta trabajar en ese restaurante. Todo o casi todo tiene una explicación, un origen, una serie de cosas que se alinearon para que sucediese eso concreto y no otra cosa. No podemos compararnos con los caminos que recorren los demás, porque solo con cambiar una mínima tontería en nuestras vidas todo puede ser diferente. Cada uno sigue su rumbo y es imposible que todos vayamos por la misma senda. Ni siquiera es siempre responsabilidad nuestra, cuando pensamos tendría que haber hecho esto o lo otro, muchas veces es azar, suerte, casualidad. Es muy complicado no compararse cuando observas que alguien está en el sitio que desearías ocupar o ha logrado lo que tú anhelas, piensas que copiando sus pasos al pie de la letra conseguirás colocarte ahí, pero no funcionará, porque esa persona no eres tú.
Me parece muy interesante remontarse al infinito de todo, ser curiosos, sé que con esto poco más podemos hacer que entender el mundo y aprender de nuestros errores, pero ya es bastante. Creo que ser conscientes de lo que nos ha traído hasta aquí y qué circunstancias nos permiten vivir esta vida nos ayuda a ser agradecidos, a no dar nada por sentado. Y también a enorgullecernos de nuestros propios logros. Sí, la vida te va llevando, pero lo que tú haces con las cartas que te tocan es una gran parte de la historia.
Quizás suena a delirio, pero es un ejercicio precioso, no dejemos de hacernos preguntas, de ser curiosas, de habitar y recorrer el mundo. Ahora, en esta mañana de domingo, me voy a tomar este café que alguien ha cultivado y tostado, que el barista del OnyVa me ha molido y que yo he preparado en mi casa, mientras me leo este libro escrito y pensado durante quién sabe cuántas horas, impreso en un papel, que vino de un árbol, que se plantó en un bosque…
¡Hasta el domingo que viene!
Tu amiga,
Cristina
📪
¡Fenomenal la carta de hoy !!!!!!